"Se lo pudiera pensar desde lo pedagógico, pero todo él, uno de los más grandes músicos de este planeta, nos obliga a algo más. Su libertad de niño, y su rigor de adulto para con la música, nos la pone jodida. Guillermo Vadalá es ese muchacho que vendía diarios en Lugano, que tocaba con el Mono Fontana, a sus 17 años, que se encuentra conmigo en "Tres Agujas" y que es codiciado, después, por todos los músicos del mundo.A los músicos artistas, y bajistas en especial que vendrán ahora y mamaran de el la garra de un loco lleno de ideas, los hará mas libre, armónica, rítmica y melódicamente"